En torno a una Mesa técnica llevada a cabo en la Universidad Javeriana, se reunieron expertos nacionales e internacionales para trazar rutas de política fiscal costo-efectivas frente a dos de los principales factores de riesgo de muerte prematura en el país.

El consumo de tabaco y alcohol son dos factores de riesgo determinantes, de acuerdo a informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los impuestos saludables no son un asunto de recaudo, son una estrategia de desarrollo que reduce consumo, previene muertes, genera ahorros a largo plazo en costos sanitarios y ganancias en productividad.

La cerveza concentra el 95% del consumo de alcohol en Colombia. Su bajo precio facilita que adolescentes inicien en promedio a los 13 años de edad, según el Ministerio de Salud.

Entre tanto, expertos de Proesa advierten que reforzar los impuestos es urgente para proteger a niños, niñas y jóvenes.

La experiencia del tabaco en Colombia con el aumento del impuesto en 2016 demostró que cuando se usa el precio como política de salud, el consumo cae (–34% entre 2016 y 2018) y el recaudo se fortalece, incluso con la presencia de contrabando.

En Colombia, con 34.800 muertes anuales por consumo de tabaco y cerca de 10.000 por consumo de alcohol, activar los impuestos a estos productos como parte de las políticas de desarrollo es una decisión fiscalmente responsable que salva vidas y reduce inequidades.

Las enfermedades no transmisibles (ENT), como las cardiovasculares, el cáncer y la diabetes, son la principal causa de muerte, discapacidad y carga de enfermedades en el mundo y en Colombia.

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